Cuando me mudé debí dejar entre muchos objetos también también mi bicicleta. No consideré traerla conmigo porque pensaba en viajar ligera. La dejé también para atreverme a soltar todo por completo y llegar sin nada a un sitio nuevo. Esta ciudad se presta para caminar, para andar en bici o en monopatín, pero a mí aún me falta ánimo para montarme en dos ruedas e ir por calles que no termino de conocer con exactitud. En mi pueblo era frecuente encontrar grupos de ciclistas de montaña, mientras yo hacía un poco de ruta y un poco de ciudad, sola. Los deportes en grupo nunca han sido lo mío, pero ir sola a la piscina a la hora del almuerzo, correr por la mañana antes de ir al trabajo o subirme en la bici para escuchar una playlist muy rítmica y gritar cada canción mientras colina abajo me dejaba llevar... eso sí que lo disfruté. Supongo que cada quien tiene su manera de encarar los deportes, como su manera de encarar la vida. La mía no ha sido totalmente solitaria,tiempo atrás hice jiu j...
Apuntes breves y no tan breves sobre más de diez cosas.