Cuando me mudé debí dejar entre muchos objetos también también mi bicicleta.
No consideré traerla conmigo porque pensaba en viajar ligera. La dejé también para atreverme a soltar todo por completo y llegar sin nada a un sitio nuevo. Esta ciudad se presta para caminar, para andar en bici o en monopatín, pero a mí aún me falta ánimo para montarme en dos ruedas e ir por calles que no termino de conocer con exactitud.
En mi pueblo era frecuente encontrar grupos de ciclistas de montaña, mientras yo hacía un poco de ruta y un poco de ciudad, sola. Los deportes en grupo nunca han sido lo mío, pero ir sola a la piscina a la hora del almuerzo, correr por la mañana antes de ir al trabajo o subirme en la bici para escuchar una playlist muy rítmica y gritar cada canción mientras colina abajo me dejaba llevar... eso sí que lo disfruté. Supongo que cada quien tiene su manera de encarar los deportes, como su manera de encarar la vida. La mía no ha sido totalmente solitaria,tiempo atrás hice jiu jitsu y podía practicar combate con un grupo de compañeros y alguna compañera; también salí a correr en grupo alguna vez, fui apoyada y sostenida por la solidaridad de quienes tenían experiencia y metí uno que otro gol en algún partido ocasional. Y cada experimento fue bueno, en soledad o en compañía, distinto y enriquecedor, porque quizá es que no somos de una sola manera, sino que vamos siendo conforme la vida se presenta. Y ahora para mí no es tiempo de bici, pero es tiempo de baile, de pilates y de mujeres haciendo circuitos juntas mientras reconozco calles y recorridos. Es este momento el que tengo y el que quiero vivir como es, sin photoshopear el ahora. Luego, seguro pedalearé otra vez.
No consideré traerla conmigo porque pensaba en viajar ligera. La dejé también para atreverme a soltar todo por completo y llegar sin nada a un sitio nuevo. Esta ciudad se presta para caminar, para andar en bici o en monopatín, pero a mí aún me falta ánimo para montarme en dos ruedas e ir por calles que no termino de conocer con exactitud.
En mi pueblo era frecuente encontrar grupos de ciclistas de montaña, mientras yo hacía un poco de ruta y un poco de ciudad, sola. Los deportes en grupo nunca han sido lo mío, pero ir sola a la piscina a la hora del almuerzo, correr por la mañana antes de ir al trabajo o subirme en la bici para escuchar una playlist muy rítmica y gritar cada canción mientras colina abajo me dejaba llevar... eso sí que lo disfruté. Supongo que cada quien tiene su manera de encarar los deportes, como su manera de encarar la vida. La mía no ha sido totalmente solitaria,tiempo atrás hice jiu jitsu y podía practicar combate con un grupo de compañeros y alguna compañera; también salí a correr en grupo alguna vez, fui apoyada y sostenida por la solidaridad de quienes tenían experiencia y metí uno que otro gol en algún partido ocasional. Y cada experimento fue bueno, en soledad o en compañía, distinto y enriquecedor, porque quizá es que no somos de una sola manera, sino que vamos siendo conforme la vida se presenta. Y ahora para mí no es tiempo de bici, pero es tiempo de baile, de pilates y de mujeres haciendo circuitos juntas mientras reconozco calles y recorridos. Es este momento el que tengo y el que quiero vivir como es, sin photoshopear el ahora. Luego, seguro pedalearé otra vez.
Comentarios
Publicar un comentario
¿Qué me dices?